Antes de comenzar esta breve opinión acerca de la educación en Colombia, creo que es importante aclarar algunos conceptos y percepciones según los cuales veo justificada la preocupación que la origina: La educación es un factor de importancia fundamental para la integridad de las personas, para permitirles entrar y valorarse en el mercado laboral, tener un punto de vista crítico frente a las situaciones con las que va a lidiar y sus repercusiones mejoran indudablemente las situaciones de cada país.
En general se estudian dos aspectos que permiten una comparación entre personas con diferentes grados de educación: la calidad y la cantidad de los planteles educativos, la efectividad de la pedagogía y la cobertura. En Colombia, en particular en primaria y secundaria, la cobertura es casi total y al otro extremo se encuentran el preescolar y la educación superior con una cobertura bastante baja. Aunque intuitivamente se podría pensar que el rendimiento es alto en países con niveles educativos con mejor cobertura se concluye en diferentes estudios que se encuentra muy por debajo del promedio mundial y latinoamericano.
Las personas capaces de pagar un colegio privado toman en cuenta solo la opción del colegio privado sin siquiera tomar como una posibilidad un colegio público. Por lo tanto pensar que la escogencia del plantel es una decisión es un error, porque están descartados de inmediato gracias al medio en el que las personas se desarrollan y también se da gracias a las políticas gubernamentales que hacen la idea inasequible. Me refiero al hecho de que no existen colegios públicos para todos, sino que existen donde se necesita educación (para personas de bajo estrato).
Existen políticas mal formuladas, como por ejemplo el escalafón docente que permite la mediocridad de la educación. Si el ministerio de educación define al escalafón como: “Sistema de clasificación de los docentes y directivos docentes de acuerdo con su formación académica, experiencia, responsabilidad, desempeño y superación de competencias, constituyendo los distintos grados y niveles que pueden ir alcanzando durante su vida laboral y que garantizan la permanencia en la carrera docente con base en la idoneidad demostrada en su labor y permitiendo asignar el correspondiente salario profesional. (Art. 8º del Decreto 2277/79).”1 Y es claro que una manera de ascender es gracias a su tiempo de permanencia entonces podemos deducir que no solo permite un educador que no necesita hacer algo más además de mantener su trabajo para que esto se vea reflejado en su salario, sino también en ciertos casos conduce a la mediocridad del profesor, reduciendo la calidad de los colegios.
Aún así encuentro ventajas sustanciales en la educación pública: como la existencia de colegios comunitarios (encargados no solo de la parte educativa sino también de llevar a cabo estrategias para que estudiantes que no pueden acceder a elementos esenciales para un rendimiento promedio o excelente, como lo es un plato de comida, los obtengan). O la exigencia por ley de tener licenciatura para poder ejercer docencia y la financiación del estado traducida en mejores dotaciones para el plantel.
Si el nivel de educación es bajo en cualquier caso (público o privado) y, si solo tomamos primaria y secundaria, donde la cobertura es realmente buena en Colombia, entonces en estos casos (primaria y secundaria) podemos desechar la idea de diferencia en calidad y cantidad y centrarnos en la existencia de una mayor relación entre nivel económico de la familia y el colegio. Llevándonos a concluir que no existe una competencia equitativa entre colegios públicos y privados porque existe una división de trabajo: el estado está entendiendo los colegios que él proporciona, no para competir con los privados, sino para solucionar una carencia de establecimiento educativo, basada en el nivel económico de la familia que lo necesita.
Una de las cuestiones que se ve afectada por esta división entre públicos y privados es el ensanchamiento de la desigualdad social. Pero la idea no es crear una educación igual para todos, porque la diversidad en la educación es fundamental para el desarrollo de las personas, una diversidad en el mercado permite elegir la educación más adecuada a la persona, garantizar el derecho a una buena educación y a una libre elección de su profesión. Todavía la elección de una profesión está muy ligada al entorno en el que se crece y ojala el vínculo no desaparezca, pero no existen las mismas oportunidades para todos.
¿Qué hace que no exista todavía esta preocupación? Lo que nos impide avanzar es en parte la política gubernamental pero para cambiar este orden hay que luchar contra las concepciones ya existentes de las personas. No basta con un cambio de políticas, porque cuando este cambio no está ligado a un cambio de actitud de las personas su comportamiento va a tender a estancarse. Si un cambio para bien no está lo suficientemente bien divulgado, no se tiene consciencia de él y no se usa. La construcción de bibliotecas en Bogotá es un buen ejemplo de cómo a través de la propaganda, promoción y en este caso su imponencia en el espacio público se logra llegar al correcto uso de las inversiones en infraestructura. En síntesis, creo que Colombia tiene que preguntarse que tipo de mentalidad o preconcepto es más fácil de cambiar entre las personas de diferentes niveles económicos para fomentar la competencia equitativa entre las instituciones educativas del país.
pero para cambiar este orden hay que luchar contra las concepciones ya existentes de las personas. No basta con un cambio de políticas, porque cuando este cambio no está ligado a un cambio de actitud de las personas su comportamiento va a tender a estancarse. Si un cambio para bien no está lo suficientemente bien divulgado, no se tiene consciencia de él y no se usa. La construcción de bibliotecas en Bogotá es un buen ejemplo de cómo a través de la propaganda, promoción y en este caso su imponencia en el espacio público se logra llegar al correcto uso de las inversiones en infraestructura. En síntesis, creo que Colombia tiene que preguntarse que tipo de mentalidad o preconcepto es más fácil de cambiar entre las personas de diferentes niveles económicos para fomentar la competencia equitativa entre las instituciones educativas del país.
Valeria Herrera Salazar
Grupo de Educación
Semillero Investigación Los Apóstoles del Buen Gusto
Facultad de Economía, Universidad del Rosario
Muy interesante. Creo que es una buena síntesis del asunto. Me interesa mucho la parte en la que se habla de la necesidad de crear convicciones y "cultura" para que una política tenga efecto. Creo que esto es ir más allá del agente racional y calcular con información perfecta, e implica incluir mas variedad en el análisis. En este caso, el aspecto cultural. Creo que uno de los retos en materia de educación en Colombia tiene que ver mucho con eso. José Luis Villaveces (Ex secretario de educación de la primera administración Mockus) escribía en un documento, que el problema no es que los problemas colombianos sean muy complicados, sino que los colombianos tenemos una manera de pensar muy simplona. Este quiere decir que no usamos el "conocimiento acumulado" (las teorías) para el análisis de nuestros problemas diarios. Como quien dice, no usamos la ciencia para analizar nuestros problemas, entonces consultamos al indio amazónico, al ekeco, a Walter Mercado, y atribuímos la ocurrencia de fenómenos a lo divino, lo satánico, o que está en el inframundo. Por mas escuelas que hayan, si esta manera de pensar no se puede modificar, si nuestra cultura y las ciencias no serán compatibles.
ResponderEliminar¿Cómo hacemos? ¿Quién podrá defendernos? Por ahora, a estudiar!
Hola,Soy estudiante de viaje a india, Muy interesante este blog sobre Comentario sobre la educación en Colombia. Por Valeria Herrera Salazar
ResponderEliminarGracias por este importante informaciones .Estamos en contacto