domingo, 12 de febrero de 2012

¿Fuga de cerebros?

Hace pocos días la ANIF, en una de las editoriales de su director el respetado economista Sergio Clavijo, atacó el programa de becas de doctorado del Banco de la República. Si bien en esta ocasión la ANIF dejó de recomendar la abolición del programa de años anteriores, sus comentarios sobre el mismo están encaminados a debilitar el financiamiento: la reducción de 4 a 3 años de financiamiento para garantizar el regreso de los becarios y de esta forma evitar la 'fuga de cerebros'. Las cifras, porcentajes con bases inferiores a 20 observaciones y periodos de comparación de longitud diferentes, muestran una reducción en el retorno. Entre todas las preguntas que genera dicha reflexión, dos en particular son de especial interés para mi. Primero, ¿qué es una fuga de cerebros en el sector de desempeño de los beneficiarios del programa?; segundo, ¿qué debe replantearse del programa?

La primera pregunta me parece relevante en tanto que los resultados de la producción de los doctores en Economía suelen enmarcarse en el ámbito académico que es una red mundial. Es decir, un beneficiario podría trabajar fuera del país y aún así aportar más que un beneficiario que regrese: puede trabajar en temas de importancia para la nación, utilizar su información, asesorar empresas nacionales, participar en grupos de investigación de Colombia, y aumentar la red de investigación relacionada con el país. Dado que el programa busca que los beneficiarios retribuyan al país con servicios, el criterio binario de regreso o no puede no ser el adecuado. En comentarios anteriores de la ANIF, la institución criticaba al programa debido a la baja tasa de absorción del sector público y privado de los doctores. Este problema estaría solucionado si es posible que los beneficiarios sean absorbidos por otros mercados en momentos en los que la demanda nacional no esté en capacidad de hacerlo. 

La segunda pregunta se desprende de la primera. Si los beneficios del programa para la nación no provienen solamente del hecho de tener más doctores en el país, sino más doctores trabajando en temas relacionados con el país, el mecanismo de incentivos debe ser analizado cuidadosamente. La propuesta de la ANIF de recortar los beneficios de las becas sólo implica que la beca sea más fácil de pagar debido a la sustitución por fuentes de financiamiento alternas, y como resultado la tasa de retorno de beneficiarios puede ser menor. La ANIF utiliza a Colfuturo como ejemplo, pero desconoce las diferencias fundamentales entre los dos programas. Para la muestra un botón: Colfuturo facilita los estudios en el exterior, pero no permite que un profesional sin recursos suficientes pueda estudiar debido a que las garantías que facilita están atadas al valor a financiar, algo que no ocurre con las becas del Banco de la República. Esta característica hace posible que los mejores estudiantes, sin importar sus posibilidades económicas, puedan realizar estudios de la mayor calidad posible.

Estas preguntas deben ser estudiadas con mayor detenimiento si se desea evaluar un programa de esta clase. Si bien es cierto que al ser beneficiario del programa mis opiniones pueden estar cargadas, considero que la ANIF realiza recomendaciones demasiado ligeras, lo que reduce la credibilidad en dicha institución: hay que estudiar.