El pasado
domingo 14 de Abril Venezuela elegió, al parecer, a Nicolás Maduro como
presidente encargado de reemplazar a Chávez. Sin embargo el candidato
opositor, quien al parecer perdió por menos de 235.000 votos, no ha reconocido
la victoria y exige un reconteo de los votos. Al final, sea Maduro o sea
Capriles, el presidente tendrá que lidiar con varios problemas económicos y
sociales. Uno de estos, y tal vez de los más urgentes, es la inflación.
Ciertamente, la inflación en Venezuela durante los 14 años de gobierno Chavista
ha sido históricamente baja. Sin embargo esto no es una muestra de una política
económica exitosa. Todos los vecinos andinos de Venezuela (Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú) también tuvieron tasas de inflación mucho mas altas en los 80s
y 90s que en el nuevo milenio. Sin embargo, la tasa de inflación de Venezuela
ha sido la mas alta dentro la región en los últimos 10 años. Para el 2012 la
inflación en Venezuela fue de 19.6%, mientras en Bolivia fue de 5.3%, en
Colombia de 2.4%, en Ecuador de 4.2% y en Perú de 2.7%. (Ver Cuadro 1)
Cuadro 1: Inflación
La inflación pareciera ser interpretada por los entes estatales como un mal que se debe controlar por medio de intervenciones y regulaciones en la estructura de precios. Sin embargo, la inflación es un síntoma y no una enfermedad. El éxito en "combatir" la inflación dependerá de entender que la enfermedad es una mezcla de escasez y finanzas públicas irresponsables que se financian a través de una política monetaria expansiva y que no se podrá controlar sin eliminar los controles de precios, el control de cambios y sin una impopular disciplina fiscal. La inflación es síntoma de escasez Los precios en una economía reflejan la información sobre la escasez relativa de los bienes. Por ejemplo, cuando hay una disminución en la producción de un bien y la oferta disminuye, los precios aumentan, indicando que ese bien es más escaso que antes. Además, esa información le indica al sector productivo de la economía qué bienes producir. Altos precios significan ganancias para los productores, es decir incentivos para producir más y aumentar la oferta. La inflación es un alza generalizada en los precios de una canasta básica de bienes y sus cambios pueden ser generados por distintos factores, monetarios y reales. La simple relación escasez – precios pareciera ayudar a explicar la inflación en Venezuela en los últimos seis años.
Cuadro 2: Inflación y Escasez
Como muestra el Cuadro 2, la inflación y la escasez se
han movido en la misma dirección durante casi todo el periodo. La inflación y
la escasez tuvieron la misma tendencia creciente hasta finales del 2007. Entre
más escasos se volvían los productos de la canasta básica, más alto era su
precio. Los productos básicos escaseaban principalmente por las dificultades
institucionales y jurídicas para producir (expropiaciones e inseguridad
jurídica) y los controles estatales a los precios, los cuales desincentivaron la
producción. Gracias a la demanda por el crecimiento
económico los precios de los bienes básicos también aumentaron.
Es decir, hubo inflación, y ésta aumentaba a medida que los bienes básicos escaseaban.
De hecho, la inflación de los productos regulados dentro de la canasta básica
fue mayor a la de los no regulados. Es decir, los precios impuestos por el gobierno eran evadidos.
En 2008 disminuyó la escasez gracias al incremento de
las importaciones agrarias. Unos meses después también se redujo la inflación
para mantener una tendencia decreciente hasta 2012. En 2012, los productos
básicos comenzaron a escasear nuevamente hasta alcanzar 20.4% en enero de 2013 a pesar
de que el control estatal de precios comprende al rededor del 60% de la canasta
básica.
Desde 2011, se ha intentado incrementar aún mas el
grupo de productos regulados para controlar la inflación con herramientas
legales como la “Ley de Costos y Precios Justos” que permite regular los
precios de todos los productos de los que se sospeche generan “márgenes de
ganancias excesivas”, lo que quiera que esto signifique. Sin embargo, éstas
medidas no resuelven de fondo el problema de la escasez. El gobierno socialista
se ha encargado de evitar las ganancias privadas, ignorando que son éstas las
que generan los incentivos necesarios para que existan empresas dispuestas a
producir los bienes básicos que las personas consumen, como alimentos. Mayores controles de precios solo llevarían a un desabastecimiento mayor en otros sectores de la
economía pues los productores no tendrían
incentivos para ofrecer los bienes regulados. Esto generaría
más escasez, lo que a su vez traería más inflación, sin importar si los precios están
controlados o no. Como se vio en 2007, en la medida que pueden, las personas evaden los controles
de precios.
Las causas de la inflación, sin embargo, no se reducen
a la escasez de productos. El control de cambios encarece y entorpece la
importación de bienes que podrían ayudar a reducir las presiones inflacionarias. La política monetaria expansiva, que en parte
financia el gasto del gobierno desde que se eliminó su independencia con la
constitución de 2002, aumenta la liquidez y la demanda agregada por el mayor
gasto estatal. Así, los controles de precios seguirán siendo inútiles en
controlar la inflación.
Maduro o Capriles, quien quiera que quede, tendrá que enfrentarse a un escenario de escasez e inflación crecientes,
empujadas por la devaluación de 32% del Bolivar Fuerte en febrero pasado. Para
frenar la inflación, que afecta especialmente a los mas pobres como al sector
informal, es necesario eliminar las trabas estatales al libre intercambio en la
economía nacional y poner en cintura al gasto estatal. De lo contrario, los
problemas de escasez podrán aumentar, con consecuencias sociales que es mejor
no imaginar.
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