La muerte de Galán hace 20 años es un hecho que ha sido recordado con nostalgia, odio, resentimiento y otras emociones por muchos colombianos. Ésto nos recuerda un desafortunado pero real fenómeno que es imposible no mencionar cuando se habla de nuestro país: la violencia. "Cuando se enfriaron las cenizas del 9 de abril, el incendio se extendió a los campos. Vino una época tan violenta, pero tan violenta, que en la larga historia de la violencia Colombiana se la conoce como "La Violencia". Cómo será de violenta que no ha sido llevado a la televisión por violenta" (Samper Pizano Daniel, Lecciones de histeria de Colombia, 1994).
Podría afirmar que casi cada persona tiene su propia teoría de por qué en Colombia se puede ver éste fenómeno desde hace tantos años y tan inténsamente. Basta hablar con los abuelos de algunos de nosotros, y ellos nos podrán contar cómo tuvieron que salir corriendo de sus casas por la violencia. ¿Por qué precisamente en Colombia vivimos este fenómeno? Creo, nuevamente, que cada quién tiene su teoría basada en su propia historia, en sus vivencias o en lo recibe día a día de los medios, pero mi invitación ahora es a contemplar este problema de una manera un poco compleja (no escribí complicada): Pensemos por un momento que la violencia en Colombia es un fenómeno emergente, es decir, un fenómeno que surge de la interacción de muchos individuos, pero que no es planeada y que no puede ser explicada desde la observación de UN ÚNICO individuo. Por ejemplo, un trancón: Un trancón es un fenómeno que surge de la interacción de muchos individuos en un espacio y lugar determinado, pero que no puede ser explicado desde el análisis de uno solo de los carros que lo causan. Piénsese así la violencia en Colombia.
Esto implica no pensar que la violencia es un choque externo que afectó a un país, sino el resultado de un proceso endógeno que se "cocinó" con el tiempo y estalló en un momento dado. Ahora, ¿es posible desde la economía ayudar a entender el problema sin tratar de abstraer el problema de su "ambiente" y dejar el resto constante? es decir, ¿es posible tratar de examinar cómo los individuos interactúan con su entorno social, y cómo esto sirve de retroalimentación para la generación del fenómeno de la violencia? Yo creo que si, pero por ahora es mas un acto de fé. Espero que la discusión sirva para aclarar este oscuro panorama.
jueves, 20 de agosto de 2009
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