Después de mucho tiempo sin escribir, quiero retomar las discusiones de la panadería con una defensa del "Tercer Tiempo"(reunión informal posterior a las reuniones formales del semillero de investigación, en el que los estudiantes discuten diversos temas mientras toman un café o una cerveza) . Mi punto principal es que este tipo de iniciativas, que generalmente causan risa entre los que de ellas se enteran, cumplen un papel importante en la construcción del puente entre la teoría y la realidad cada vez mas importante para el desarrollo de la economía como ciencia aplicada.
Muy seguramente muchos estudiantes de economía se han preguntado en algún momento de su carrera, ¿para qué estudiar economía? ¿qué quiero hacer con las herramientas que allí aprendí? Las posibles respuestas se pueden encontrar de forma general en las primeras lecciones que se enseñan sobre la materia: La economía, aunque muchos no lo crean, se afirma al comienzo, es una ciencia social. Esta ciencia puede tener un caracter positivo ( puede hacer afirmaciones acerca de cómo funcionan ciertos fenómenos sociales) o un caracter normativo (puede hacer afirmaciones de cómo deberían ser los fenómenos). Sea cual sea el enfoque, es evidente que para aplicar los conocimientos económicos es necesario entender la realidad, y lo que es aún mas importante, las limitaciones que tienen las distintas teorías aprendidas para explicar cómo es o cómo debería ser el mundo.
Es por esto que, si se quiere aplicar la economía tanto en lo positivo como en lo normativo, es importante cuestionarse acerca del alcance del conocimiento acumulado que se encuentra en los libros de texto para entender las simples observaciones del día a día. Este cuestionamiento, sin embargo, no llega por si sólo al leer o ver televisión. Es necesario vivir, estudiar, y tener un espacio para comparar y debatir sin miedos a ser tildados de bobos o locos.
Los espacios como el tercer tiempo ofrecen un escenario libre, en el que, sin estar restringidos por una u otra corriente teórica, se pueden hacer debates sanos, sin tapujos ni limitaciones a la creatividad ni a la lógica diaria que mueve nuestras decisiones mas frecuentes. Qué mejor que un espacio como éste para "digerir" toda la información que se ha recibido después de un nutrido panel de expertos, para cuestionarse acerca de lo que allí se dijo y para formular nuevas posibles respuestas a la problemática tratada.
Iniciativas como el tercer tiempo permiten discutir temas e ideas sin tener un régimen teórico que dictamine qué está bien y qué está mal, sino que deliberativamente se puedan analizar usando el sentido común y las herramientas aprendidas en clase sin querer llegar a una respuesta que de una buena nota.
Es por estas razones que quiero llamar la atención a los estudiantes, profesores y coordinadores de los grupos investigativos, para que abran y motiven estos espacios de discusión, en los que los estudiantes no solo tengan que reproducir la información adquirida, sino que usen la misma para, a partir de ella y de lo que día a día observan, producir cosas que aporten a una aplicación de la economía mas cercana a la realidad, bien sea en su aspecto positivo o normativo.
martes, 21 de septiembre de 2010
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